Pamplona vivió este sábado una escena casi inédita con la salida a pie tras la corrida de rejones de Pablo Hermoso de Mendoza. El rejoneador de Estella acumulaba triunfos en la capital navarra y buscaba llegar a su decimoctava salida a hombros por la puerta del encierro, pero no pudo ser, según la web Navarra.com
El gato al agua se lo llevó Leonardo Hernández, un rejoneador que ha sabido conectar con Pamplona y tocar en cada momento la tecla exacta para exprimir al máximo a cada toro, además de tener la virtud de transmitir lo que hace en la cara del toro con el público. Cortó cuatro orejas y fue el gran y único triunfador de la tarde.
No tuvieron su tarde ninguno de los dos rejoneadores de casa, que aunque estuvieron muy cerca del éxito completo se quedaron a medio camino. Pablo Hermoso tuvo que pechar con un primer toro que hizo extraños durante la faena después de un sensacional golpe de salida contra el burladero. Fue noble, pero sin transmitir.
En el cuarto estuvo mucho mejor, cortó una oreja en plena merienda de Pamplona y consiguió que la plaza dejara las magras para aplaudir con fuerza los momentos con Arsenio y Pirata, en especial las banderillas a dos manos.
Triste fue el desenlace final para Roberto Armendáriz, que pone todas sus esperanzas en la tarde de Pamplona cada año y que, después de varios triunfos consecutivos, perdió con el rejón de muerte la posibilidad de tocar pelo.
El tercero fue un toro bravo, pero reservón y muy complicado, que le puso las cosas muy difíciles a Armendáriz. Derrotó con insistencia a los montados y deslució por completo el esfuerzo del rejoneador de Noáin.
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