Dos tercios de banderillas de la cuadrilla de Javier Castaño es lo que buena parte del público sacará en claro y podrá comentar y debatir tras la tercera corrida de la Feria del Toro Pamplona. Castaño cortó la única oreja después de una muy buena estocada y a pesar de que le faltó una mayor apuesta en su faena.
Volvió el público con interés y ganas a la plaza después de la triste suspensión del festejo del día 8, cuando la lluvia dejó en los corrales a la corrida de Cebada Gago, una de las que mayor interés despierta en el aficionado, según la web Navarra.com
El regreso de los toros estaba previsto con la presencia de los cárdenos de José Escolar, de encaste Albaserrada, siempre con dificultades, pero siempre con mucho interés.
Hubo dos toros imposibles, el primero y el quinto; dos nobles en distinto grado, y otros dos faltos de raza. Aún así, el público estuvo siempre pendiente del ruedo gracias a ese picante permanente de los cárdenos de Escolar que hace que no falte la emoción en el ruedo.
Sin embargo, a la corrida le faltó clase, le faltó algo más de casta. Tampoco humilló. Hay que decir que los seis toros fueron castigados en el caballo con generosidad y que, en algunos casos, bastante mal picados. Su comportamiento posterior no puede escapar de este importante asunto, pues su comportamiento se modificó hasta el punto de pararse.
Las grandes ovaciones de la tarde y triunfadores fueron Javier Castaño y su cuadrilla. El diestro se llevó una merecida y sus banderillos tuvieron que saludar y desmonterarse tras dos grandes tercios, con especial mención a Joao Ferreira.
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