domingo, 14 de julio de 2019

"Rabanero" provoca el pánico en el último encierro con los Miura

El octavo y último encierro corrido con toros de Miura se ha corrido en 2 minutos y 40 segundos con el peligro de un toro suelto desde Mercaderes y algunas caídas fruto de la velocidad que ha llevado la carrera, según la web Navarra.com

Hay tres heridos por asta de toro, un mozo empitonado en la calle Estafeta y, otros dos corneados en la bajada del callejón. Se trataba de 53º encierro de Miura en Pamplona, única ganadería en alcanzar esta cifra, y no ha sido el más sencillo de los últimos años.

En esta ocasión, en la calle Mercaderes, un resbalón ha hecho que el toro colorado, de nombre Rabanero y 640 kilos, haya quedado suelto y desde entonces ha tenido que hacer todo el encierro en solitario. Hasta ese momento la manada había discurrido compacta, con los cabestros abriendo la manadas y sin atisbo de peligro, con los toros muy tapados por los mansos, sin derrotes ni hacer por los corredores.

Dos de las tres cornadas han sido obra de este mismo toro, el colorado Rabanero. Una de ellas ha tenido lugar en la calle Estafeta, cuando un mozo pegado a la pared ha salido de manera inesperada al encuentro del toro y el astado de Miura lo ha corneado por no poder siquiera evitarlo. El toro ha metido la cara y lo ha volteado. La cornada ha sido en el muslo y la caída ha sido tremenda.

Ya en el tramo de Telefónica, el toro colorado se ha cruzado y ha embestido a un mozo de camiseta negra, al que ha enganchado por la camiseta y al que no ha soltado hasta que la prenda se ha roto. Se ha librado de la cornada milagrosamente. Nada más soltar a ese corredor, el toro ha ha ido contra el vallado derecho del callejón y ha empitonado a otro corredor que trataba de asirse a las tablas. El pitón ha encontrado el brazo del mozo, pero por momentos parecía que podría haber sido mucho peor. El toro ha aprisionado al corredor contra el vallado y su cara ha sido el vivo reflejo del miedo y la tensión del momento.

La tercera cornada ha tenido lugar también en el tramo del callejón, pero no ha sido obra de Rabanero, sino que ha sido uno de los toros cárdenos el que ha empitonado a un mozo en el brazo izquierdo cuando corría muy unido a la manada. Un corredor de aspecto extranjero no ha medido bien la distancia con el morlaco, que ha embestido al herido casi más por ponerse en su camino.

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