Tanto el programa de la comisión de fiestas como el del Ayuntamiento de Pamplona, compartieron en la mañana de ayer varias citas: la misa en la Basílica de San Fermín de Aldapa, la procesión y la espata-dantza (danza de espadas) del grupo de danzas municipal Duguna, según la web del Diario de Noticias.
Por las calles de lo Viejo, al igual que los otros dos días, ayer acompañó el buen tiempo. Hecho que, sumado a que fuera domingo, empujó a cientos de pamploneses a pasear por la zona. A las 11.30 horas estaba programada la misa en la iglesia de Corazonistas en la que Ane Etxeondo, Leire Insausti, Todor Arruti y Aimar Aramendia, concejales, y Oihane Hernández, alcaldesa, tuvieron un banco reservado como miembros de la Corporación Txiki conformada estos días.
Este grupo de niños y niñas del CP San Francisco y del colegio Santo Tomás también fue el encargado de lanzar el chupinazo el viernes. Durante la liturgia acompañó el coro de Voces Graves de Pamplona y se realizaron reiteradas menciones al copatrón navarro, que durante estas fechas (24 o 25 de septiembre, según versiones) dice la historia que fue martirizado.
Dieron las 12.15 horas y las campanas repicaron. La plaza del Archivo General se encontraba repleta de carritos de bebés, gente mayor, globos de helio, puestos de petardos y bombetas, pañuelos a cuadros azules y gente, mucha gente. El grupo Duguna, ataviado con trajes blancos y rojos, se colocó frente a la puerta de la iglesia ante la mirada, y difícil espacio, de los ahí presentes.
Salió el Santo y los dantzaris hicieron sonar sus cascabeles. Las campanas continuaban su volteo y los danzantes sacaron, de forma sincronizada, cada uno una espada, las cuales dibujaron un conjunto que abrió el camino a la procesión. Amaia Ascunce, vecina de lo Viejo, disfrutaba de la mañana rodeada de familia "de una manera diferente", ya que había acudido a "más actos que otras veces" porque su hija, Leire, era una de las concejalas txikis de este año.
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